domingo, agosto 27, 2006

En la orilla XIV

127

El mar se oye como una pregunta. La mañana es clara como si en ella se reflejara otra más bella y alta. Parado en arenas de clepsidra, agoto mi tiempo. Más allá de tu ausencia, siento que es tu vestido alegre el que no ha venido a verme.


128

Gané este centímetro de sonido, logré ese hecho que es la palabra, difundí el rumor de mi propio latido -acaso esperando un eco- sin saber que no hay victoria sobre la nada.


129

No, no se equivocó esta paloma: ir bello a la belleza, tomar la forma de lo que se ama.


130

Despliego la hoja delicadamente. Releo el poema con amorosa esperanza; como si lo hubiese escrito yo mucho tiempo después de mi muerte.


131

La sensación de haber rasgado todas las verdades hasta la última mentira. La sensación nada más, sólo eso. La mentira se emperifolla, se viste de fiesta, la verdad es una fiesta a la que no hemos sido invitados.


132

Comer crepúsculo. Sentarse a un lado del silencio. Oír las nubes, cómo levantan sus faldas cuando pasan frente al sol. Pasar el día sin decir palabra –mi rostro ausente entre las manos-. Hasta que algo me arranque un sonido, un pulso en otra escala, una letra H en la respiración. Algo que ya no pueda decir con los ojos y rompa el NO. Obligado a verme de espaldas. Cierta crispación. En esa veta.


133

Soy algo en la borra del día. Algo provisorio y distante. Asisto mudo a las cortinas de la lluvia, a la histeria de los compases del mar. Ni una palabra en los médanos, ni un silbo de sábana en mis labios. Quiero pájaros en la boca. ¡Ahora los quiero!


134

El mundo es terrible y el poema que no puedo hacer lo empeora. Más aún: el mundo es terrible porque no puedo hacer el poema.


135

Sobrevivís en mí: delicada, frágil, como una especie en extinción.

2 comentarios:

Diana L. Caffaratti dijo...

Estaciono a orillas de la XIV, a la altura 127: descubro que:
"El mar se oye como una pregunta."
Transito a la 128; allí, nuevas sorpresas:"Gané este centímetro de sonido, ..."
Ya en la 129,Tomarla toda entera a la paloma de certezas claras.
Sigo por la 130 para llegar a la siguiente y quedar detenida en:"La sensación de haber rasgado todas las verdades hasta la última mentira."
En la 132 no puedo dar crédito al menú:"Comer crepúsculo." Nada está de más. Todo es exactamente como debe ser... "Sentarse a un lado del silencio. Oír las nubes, cómo levantan sus faldas cuando pasan frente al sol...." Pasar el día , etc... Bellísimo...
133: "Soy algo en la borra del día. Algo provisorio y distante. .."
Sigo incrédula si me aseguras que no tienes un dios pagano que lustra tu decir hasta encandilarme.

Y sigo,134,135
"Sobrevivís en mí: delicada, frágil, como una especie en extinción."

Anónimo dijo...

hermos, hermoso, hermoso!