lunes, julio 17, 2006

En la orilla I

I Los que juntaron anuncios del sol supieron del duro letargo. Guardaron luz para las noches de sequía.

Nicanor Arce Cabras

1

Pez de las cinco menos cuarto según su reloj.


2

Broche extraído del inventario del mar: tesoro de una sola pieza con atavíos del sol; antiguo navío de tu pelo.


3

Mujer silbando graves colores. Rizos echados en su conversación con flotantes pentagramas. Remera ocre con paloma, escote violentado que insinúa dos pechos del alba y palomares. Total: tres palomas.


4

Algo golpeaba en el mar, algo como una reverberación en su hora. Aves de yeso se alejaban demudadas, encogidas de hombros. Algo golpeaba: un despertar o huevo, cierto malestar en la superficie, furor orquestal… Yo volvía de la espuma, oía voces en las olas y no quise mirar atrás . Algo golpeaba con fuerza tras mi espalda y no quise mirar. Me alejé prudentemente de la orilla hacia otros médanos. Alguna razón debía tener el mar para estar así.


5

Vidrio triangular cóncavo, miembro de una luz, parte de una obra: refracta, desafía al sol, corta la brisa, imita a una joya. Vidrio que será ventana de la torre principal de mi castillo.


6

Sacaba manos de espantapájaros con tristeza sin igual. Me arrojaba, fluía en las olas. ¡Apláudanme el cantar!, decía como un Blas de Otero o como pajarito al que yo asustara y volara de tu pecho. Era un hombre feliz: con pies de agua me quedaba en vos. Pronto secaban.


7

Luna sobre un estuario. El lienzo azul gris esplende como una victoria. Tu vientre exactamente era páramo bajo la luna. Allí te bordé besos que ya no aguantaba, blancos peces que nadaron hasta el amanecer.


8

Un puerto. Un perro. Farol tumbado: luz pesada sobre sogas de gordos nudos marineros. Sombras de velámenes que oscilan lápices
cruzados. La luna baja en un responso: luz quebrada entre los barcos. Pasa un hombre vestido de paraguas, viejo, muy viejo. El perro da sus flechas a la noche. A su lado, soy un fantasma con sombrero.

6 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Te prometo un link, porque quien encuentra un tesoro, no lo esconde, lo pone en el más alto lugar para que todos lo vean, para que brille

Unknown dijo...

Gracias, Lety, lo de tesoro es demasiado. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Bueno, para empezar está bien lleno de variadas imágenes que incesantemente te transportan de una orilla a la otra :)

Diana L. Caffaratti dijo...

Puedo pintar el cuadro sin necesidad de presenciarlo. Bastaron tus palabras.

Diana L. Caffaratti dijo...

No alcanza con pintar, debo filmar, filmar, esas aves de yeso, ese mar embravecido, ese hombre respetuoso, ese hombre de pies de agua, esa mujer bajo la luna...

Anónimo dijo...

Que sabio es darle la espalda al mar y su misterio para diluirse, refractando la luz y atrapando blancos peces de entrega, para luego recordar a una vieja sombra: el tiempo.